martes, 29 de noviembre de 2011

Algo más que el 4%


Necesitamos algo más que el 4%
Como educador me siento totalmente identificado con la demanda acogida por el ochenta por ciento de la población dominicana en el aspecto educativo, que se otorgue el 4% del PBI o el 16% del presupuesto de ingreso a la educación pública como establece la constitución y la ley 66-97. Hay que tomar en cuenta que no bastan los recursos que puedan invertirse, también se requiere un cambio de actitud en los actores del sistema de educación pública.
En la mayoría de las escuelas de educación inicial y básica, así como los liceos de media prevalece la apatía de los docentes y su resistencia a introducir cambios en sus prácticas en el aula; los estudiantes no muestran el más mínimo interés por el proceso de aprendizaje y por lo regular están pendientes de otras cosas.

 Los maestros/as en ocasiones hacen ingentes esfuerzos para captar su atención y lograr algo de concentración en sus horas de clases, produciéndose una especie de confrontación en el aula: por un lado el profesor/a queriendo desarrollar a capela su proceso de enseñanza-aprendizaje y por el otro unos alumnos/as que sólo esperan que pase el tiempo del maestro/a; sin lograr despertar en éstos el interés de aprender.
Nuestras escuelas están dotadas de un cuerpo de profesores/as formados en una época análoga para educar a niños y niñas nacidos en la era digital. Dicho de otra forma, maestros/as del siglo XX formando alumnos/as del siglo XXI; el principal recurso de nuestros maestros/as sigue siendo la pizarra, la tiza y el borrador; nuestros estudiantes están inmersos cada vez más en las redes sociales: facebook, tweeter, mesenger, Hotmail, ect., los alumnos/as de hoy van a lo directo, por eso su herramienta por excelencia es el internet y han sustituido los viejos libros de consulta y diccionarios por wikipedia, estos jóvenes digitales han descubierto que a través de un smart phone o teléfono inteligente pueden tener el mundo en sus manos, el profesor sigue anquilosado en el viejo cuaderno y el omnipresente pizarrón a tal punto que si quitáramos este recurso del aula la mayoría de nuestros docentes no sabría qué hacer. Hoy en día en países del sudeste asiático los centros educativos están sustituyendo los libros de texto por tabletas digitales en las  que pueden accesar a infinitas fuentes de información utilizando internet wifi.
Lo antes expresado pone de manifiesto que además la falta de recursos económicos se requiere mayor compromiso, adoptar una actitud de cambio respecto a lo que estamos haciendo en las aulas, salir de la inercia  en la que estamos inmersos; sin que nuestro planteamiento signifique darle aquiescencia a una que otra posición política, ni mucho menos restarle méritos a la justa demanda del 4% para la educación básica, es simplemente poner sobre relieve el hecho de que estamos haciendo poco o casi nada desde la escuela para lograr la anhelada calidad educativa. Tenemos escuelas pobremente gestionadas desarrollando procesos de enseñanza precarios con maestros enganchados a la labor docente y vencidos por el hastío, “educando” a niños y niñas de de familias pobres y no hacemos más que multiplicar esos niveles de pobreza. Si bien es cierto que el Estado debe dar el 4%, no es menos cierto que los profesores debemos poner más de nuestra parte, la calidad de la educación es un compromiso de todos.
Lic. Policarpio A. Sánchez

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